miércoles, 20 de julio de 2011

Arctic Candy: arándanos del Círculo Polar Ártico

No solo los caramelos del Dr. Stuart tienen un packaging precioso, propiedades medicinales y una historia de "querer hacer cosas mejores de las que existen" detrás. Los caramelos Arctic Candy son otro caso más de la unión de estos factores.


El noruego Eivind Glad, cocinero, consciente de que cada vez eran más los clientes que no podían comer azúcares y menos los productos libres de ellos (no confundir con light), se decidió a producir estos fantásticos caramelos, hechos con bayas del Círculo Polar Ártico y edulcorados con productos derivados de la remolacha azucarera; aptos para diabéticos.

Y es que, según la Organización Mundial de la Salud, se estima que en 2030 padezcan diabetes en Europa 48 millones de personas de 35 a 64 años. En Estados Unidos serán más de 66 millones.

Los arándanos además de ser alimento cotidiano en los países nórdicos, son fuente de medicina popular. Hay cuatro sabores de caramelos Arctic Candy, cuatro tipos de arándanos:


. Wild blueberry: Por sus propiedades diuréticas y antibacterianas es muy común usar arándanos silvestres para tratar enfermedades del aparato urinario.

. Cloudberry: Las "moras de los pantanos" requieren unas condiciones muy especiales de crecimiento. Se encuentran en suelos ácidos o terrenos pantanosos. Tienen un alto contenido en vitamina C y ácido benzoico. Son un conservante natural.

. Mountain crowberry: Los arándanos rojos tienen gran cantidad de vitaminas A y C. Son diuréticos, antisépticos y antipiréticos. Se usan para combatir el reumatismo, la gota y la diabetes.

. Crowberry: Recogidos de la montaña, los "árandanos krekling" tienen menos vitamina C que el resto, pero más cantidad de antioxidantes.

"Fríos por el viento del ártico y templados por el sol de medianoche, estos arándanos maduran lentamente, siendo más dulces que los demás".

Si alguien veranea en los países nórdicos, que me avise, que le encargo algo.

jueves, 7 de julio de 2011

Leche corporal, naturalmente

¡He hecho una leche corporal que es una bendición!


 Es más ligera que un body milk al uso, por eso se absorbe genial y cunde mucho más.
Está hecha con aceite de albaricoque, aceite de germen de trigo, cera natural de abejas y manteca de karité... Lo mejor de lo mejor.
Además de hidratar y proteger la piel, gracias a su aroma (aceites esenciales de naranja dulce, mandarina y salvia) relaja... ¿Qué más se puede pedir?